Talamontes actúan con impunidad; pero indígenas pagan consecuencias
FERNANDO NOLASCO HERNÁNDEZ /IMPRESO CAPITAL EDOMEX
Poco más de 100 personas se manifestaron en el centro de Toluca para exigir a las autoridades estatal y federal, cesen las detenciones de los “truequeros”, quienes sólo recogen leña seca en los cerros para cambiarla por víveres, ropa y calzado, en los tianguis de Santiago Tianguistenco y Capulhuac.
Exigieron que las autoridades combatan a las bandas de talamontes que devastan las zonas boscosas de Ocuilán, Xalatlaco, Malinalco y la zona limítrofe con Morelos.
“Estamos cansados de las arbitrarias detenciones de los compañeros, quienes tienen que enfrentar procesos judiciales en los que les fijan fianzas de 100 mil a 150 mil pesos, por cargar en sus burros leña seca de los campos, mientras que a los talamontes que circulan con troncos de árboles verdes, no los tocan”, expresaron los inconformes.
Ernestina Ortiz Peña, representante de los quejosos, dijo que mediante la cooperación de cuando menos 500 familias que se mantienen del trueque en los tianguis, lograron la libertad de al menos 10 compañeros detenidos por el Ejército, Marina Armada, policía estatal, Probosque y Semarnat, cuyos elementos no combaten a quienes siguen acabando con los recursos naturales del bosque.
“Lo que nosotros estamos denunciando, es que cuando se trata de la cultura, entonces sí el trueque es importante, del mismo gobierno municipal van y lo halagan, pero no se meten cuando hay problemas, como la detención de los compañeros, ahí sí, nadie se mete”, acusó.
Mencionó que los inconformes buscan entregar un documento solicitando al gobierno estatal, Semarnat y Probosque apoyo para que ya no se violen los derechos de los indígenas tlahuicas, otomíes, matlatzincas y nahuas de San Juan Atzingo, Santiago Tilapa, San Nicolás Coatepec y Xalatlaco.
Destacó que el trueque es una actividad ancestral que aún practican los pueblos, quienes trabajan para contrarrestar el cambio climático, además de apoyar para sembrar un millón de árboles en las zonas boscosas, donde los talamontes se enfrentan a las autoridades con tal de no perder las “cargas de madera”.