28 de Febrero 2018
Mientras algunos tienen la posibilidad de ir a restaurantes para comer alimentos preparados con carne y vegetales frescos, otros tienen que esperar hasta que termine la hora de la cena, para poder recolectar la materia prima de lo que será el platillo que los alimente al día siguiente.
La desigualdad se observa en todos los rincones del mundo y Filipinas no es la excepción. En ese país, ubicado en el sudeste asiático, existen personas que pueden comer carne de los mejores restaurantes por tan sólo 10 pesos mexicanos.
El único inconvenientes es que esa carne tiene que ser sacada de los basureros y, en ocasiones, ya se encuentra en estado de descomposición.
Personas conocidas como “magbabatchoy” acuden todas las noches a los restaurantes de Filipinas para hurgar en sus basureros y recolectar la comida que los comensales no hayan terminado y los chefs hayan decidido sacar de sus cocinas.
Cuando terminan su recolección, acuden a las localidades más pobres a vender las bolsas de comida recogida de la basura a familias o personas que la cocinan y después venden el “pagpag” como un platillo “gourmet” para aquellos con el poder adquisitivo más bajo del país.
Cada bolsa de carne recogida de la basura se vende entre 8 y diez pesos mexicanos (50 centavos de dólar).
Para preparar el pagpag, las personas retiran la carne de los huesos, la lavan con agua y después la ponen a hervir. De esta forma, según los que preparan ese platillo, hacen que la carne sea “buena” y no les provoque enfermedades estomacales.
Para darle sabor, las personas usan un poco de cebolla, ajo y una salsa de tomate dulce con especias, que tiene un sabor similar a la catsup.
Con menos de un dólar, las personas pueden alimentar a familias de hasta 8 o 10 integrantes, dependiendo del tamaño de las porciones.
Las personas que recolectan la carne de la basura llegan a ganar cerca de 10 dólares a la semana, dinero con el cual pueden comprar arroz o pasta para evitar comer pagpag y sentir que su nivel económico es mejor que el de aquellos que se ven orillados a comer carne reciclada de la basura.
smg