La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) llevó a cabo una visita de inspección al Zoológico de Chapultepec y recabó información para integrar a la investigación que se inició para conocer la causa de muerte del ejemplar de gorila “Bantú”, acontecida el pasado miércoles por la noche durante el manejo para su traslado al Zoológico de Guadalajara.
Todos los elementos recabados serán integrados y analizados en su conjunto, para determinar si la muerte fue causada por una negligencia médica o error humano en la aplicación del protocolo.
Los inspectores federales solicitaron a la dirección del Zoológico el historial clínico, el protocolo de manejo y el reporte de necropsia del ejemplar de gorila de tierras bajas, además de entrevistar a cada uno de las personas involucradas en la preparación y aplicación del manejo del gorila que sería trasladado.
Un elemento relevante son los resultados de los análisis de sangre e histopatología, para este último la Profepa ordenó que las muestras sean procesadas en tres laboratorios de patología distintos: el del Zoológico de Chapultepec, el de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM y el del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
Entre los hallazgos de la inspección, se encontró que al ejemplar le fueron aplicadas dos dosis de anestésico, una de 3.15 ml y otra de 1.5 ml, ambas dosis aplicadas por vía intramuscular y compuesta de tiletamina\zolacepam, ketamina y medetomidina.
Una vez sedado “Bantú”, se le realizó el examen físico general y la toma de muestras, durante aproximadamente 40 minutos, para posteriormente colocarlo en el cajón de transporte donde se le suministró el antagónico del sedante, consistente en una dosis de 3 ml de atipamezol.
Desafortunadamente “Bantu” no logró su recuperación y se presentó el paro cardio-respiratorio, por lo que se aplicaron los procedimientos de emergencia, sin poder revertirse el cuadro y registrar su muerte a las 22:00 horas del mismo miércoles 6 de julio.
JCS/BPG