06 de Septiembre 2017
DALILA ESCOBAR
Aunque el cambio climático sí podría generar consecuencias en la forma en que llueve, el problema de fondo en el país y principalmente en la Ciudad de México (CDMX) es su planeación y urbanización, aseguraron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Elda Luyando, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, señaló que la ciudad y “el agua tienen memoria, esto era una cuenca, un lago, se drenó para evitar las inundaciones que eran tan tremendas y decidieron que, en vez de seguir padeciéndolas, mejor se deshacían del agua y podían extender la ciudad.
Así es que sí, esta ciudad hace malabares, esfuerzos por mantener funcionando estas cuestiones hidráulicas”. Expuso que actualmente “el problema de fondo es la manera en que ha crecido la ciudad, cómo se ha extendido. Cada vez con menos áreas verdes y zonas impermeables, no hay infiltración, no se recargan los mantos acuíferos”. Detalló que “esta agua que precipita en lugar de infiltrarse, escurre por la calle, llega a las alcantarillas y puede rebasar el drenaje, que no está capacitado para 30 o 35 milímetros”. El experto David Adams aclaró que “sí hay una tendencia a lluvias más fuertes, lo que es muy consistente con la idea del cambio climático. En México las lluvias no son anormales, sí son fuertes, pero es la estación lluviosa, entonces es de esperarse que haya tormentas”.
Explicaron que en la CDMX la tendencia a las lluvias fuertes se ha dado durante muchas décadas: algunos registros del Centro de Ciencias de la Atmósfera reportan que el 4 de octubre de 1988 cayeron más de 90 milímetros en Cuajimalpa y 70 milímetros. “A mediados del siglo XX esto creció de manera extrema y las zonas que eran de conservación y de infiltración de agua se cubrieron de pavimento, de cemento y se habitaron. Desde la época de los aztecas se inundaban y tenían problemas con las tormentas”, señaló Luyando.