El sismo del 7 de septiembre, el más fuerte en un siglo, pudo no ser alertado, ya que 19 de 36 sensores colocados en Oaxaca estaban desactivados: Cires.
ÁNGEL ÁLVAREZ / AGENCIAS
El pasado jueves 7 de septiembre, casi a la media noche, la Alerta Sísmica sonó en aplicaciones de teléfonos móviles, estaciones de radio y televisoras de algunos estados del sureste y centro del país.
En unos segundos miles de personas fueron sacudidas por un sismo de 8.2 grados Richter, que devastó a decenas de comunidades en el sureste del país; sin embargo, en las entidades del centro el saldo fue blanco. Cientos de miles de personas pasaron el susto en las calles.
La Alerta Sísmica, conocida como SAS (Sistema de Alerta Sísmica), depende del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), que es una asociación civil, auspiciada por el Gobierno de la Ciudad de México, y que tiene el propósito de detectar sismos importantes y avisar con anticipación de la llegada de ondas sísmicas importantes.
El sistema, que inició en 1989, se basa en el principio fundamental de que las ondas sísmicas llamadas superficiales, y que son potencialmente dañinas, viajan a una velocidad de entre 3.5 y cuatro kilómetros sobre segundo.
La detección del sismo, la estimación de su potencial y, finalmente, la transmisión de un mensaje de alerta, es el proceso que lleva esta estructura.
Actualmente el sistema, opera para la Ciudad de México, Toluca, Oaxaca, y las ciudades de Acapulco y Chilpancingo, en Guerrero, y se busca que difunda avisos de alerta a otras ciudades debido a sus densidades de población, desarrollo urbano y cercanía a las zonas de peligro sísmico mexicano.
Deficiencias del sistema
El movimento telúrico de 8.2 grados, ocurrido el pasado 7 de septiembre, considerado como el más fuerte en 100 años, pudo no ser alertado y es que hasta hace un mes, 19 sensores, de los 36 colocados, en su mayoría en las costas de Oaxaca, estaban desactivados.
Juan Espinoza Aranda, director general del Cires, explicó que, paulatinamente, los 19 sensores registraron fallas por falta de mantenimiento, por lo que dejaron de operar a finales de julio pasado.
Ante el riesgo que implicaba, alertado por personal del Cires, el gobierno de Oaxaca se vio obligado a destinar tres millones de pesos para la rehabilitación de cada uno de ellos, la cual concluyó a principios del mes pasado.
Espinoza Aranda recordó que el epicentro del terremoto se registró en Chiapas, entidad que no cuenta con un sistema de alerta sísmica, situación que lo hace más peligroso en cuanto a la prevención de sismos en esa zona del Pacífico.
Juchitán, sin alarma
Los habitantes de Juchitán, Oaxaca, sintieron minutos de angustia y terror como nunca antes.
El poeta y sociólogo Guillermo Coutiño Aquino, quien es oriundo de Juchitán, contó que en el municipio no hubo alerta sísmica que previniera a los pobladores; ya que aseguró que el gobierno municipal anterior sí entregó el equipo, pero a los dos días lo robaron de las oficinas de Protección Civil, lo cual los dejó en desamparo, por lo que “a todo el istmo
BRECHA SÍSMICA En Guerrero se origina la mayor parte de los movimientos telúricos que afectan al centro de México, aunque se hallan otros puntos de riesgo en la costa del Pacífico
VIEJAS LECCIONES En el terremoto de 1985, más de 12 mil personas murieron, 40 mil resultaron lesionadas y decenas más nunca se localizaron. Por lo menos 60 mil casas y edificios sufrieron daños. No hubo señales previas. El epicentro del sismo fue en las costas de Michoacán y Guerrero, a 430 kilómetros de Ciudad de México. La onda expansiva del terremoto llegó dos minutos después de su inicio a la capital del país.
NO SE PUEDEN PREDECIR Tras el terremoto del pasado jueves, en redes sociales circulan rumores de que se avecina un nuevo movimiento telúrico de mayor intensidad; sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional, así como la UNAM afirmaron que estos eventos, al igual que los tsunamis, no se pueden predecir. No es causalidad entonces, que el Servicio Sismológico Nacional reporte al día alrededor de 40 movimientos, muchos de los cuales ni siquiera sentimos.
COMPARACIÓN La intensidad de un terremoto varía con la cantidad de energía liberada (magnitud) y se encuentra condicionada por parámetros tales como la proximidad al epicentro, las características geológicas y la calidad y naturaleza de edificaciones e infraestructuras, por lo que un terremoto puede poseer un único valor de magnitud, pero sentirse con diferentes valores de intensidad
VELOCIDAD Las ondas sísmicas llamadas superficiales, y que son potencialmente dañinas, viajan a una velocidad de entre 3.5 y 4.0 Km/segundo
DISMINUCIÓN DE RIESGOS Los estados del sureste que fueron afectados por el sismo de 8.2 grados aplican con planes de contingencia, respectivamente. Cada uno cuentan con acciones de prevención y reacción en caso de detectarse o recibir un reporte de amenaza o peligro potencial para sus regiones. En caso de emergencia, deberá proceder a la inmediata prestación de ayuda e informar tan pronto como sea posible a las instancias especializadas de Protección Civil para realizar tareas de reacción en apoyo a la población, así como una evaluación de daños para una posible reestructura de los servicios básicos y mantener la salud de los habitantes.
EL GRAN SIMULACRO Después del gran susto, la capital se prepara para reaccionar ante otro gran “temblor”, uno de 8 de magnitud, según la hipótesis del magno simulacro programado para este 19 de septiembre en la Ciudad de México. Para el ejercicio planteado por la Secretaría de Protección Civil capitalina se activará la alarma sísmica con la intención de que aquellas dependencias y empresas procedan a evacuar al personal y trasladarlo a los puntos de resguardo previamente acordados. Desde el año 2004, el Gobierno de la Ciudad de México desarrolla diversas actividades preventivas, como la organización de simulacros para fortalecer la cultura de autoprotección.
PARA RECORDAR
No hay que olvidar que México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacción que tiene con cinco placas tectónicas (que provocan el movimiento de la superficie de la Tierra): la de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe.
Editor y documentalista: Manuel Valdez Quezada Diseño: Rodolfo Pastrana / Martín Villanueva / Raúl Rahal Fuentes: Cenapred / Segob / CIRES / UNAM / SSN / Geología de Segovía /