01 de Agosto 2016
Algunos peces lidian con la química cambiante de los océanos, ligada al calentamiento global, poniendo las defensas de su cuerpo permanentemente en “modo nocturno”, ya que la noche es el momento del día en el que el agua del mar es menos acogedora para ellos, reveló un estudio científico difundido el lunes.
El dióxido de carbono generado por el hombre, liberado al aire por la quema de combustibles fósiles, forma un ácido débil cuando se mezcla con el agua que puede dañar la vida marina y que posiblemente se convertirá en un efecto que empeorará las consecuencias del calentamiento global durante este siglo.
Los peces adaptan sus organismos a diario porque los niveles de dióxido de carbono naturalmente presentes en los mares alcanzan máximos en la noche y disminuyen durante las horas de sol, cuando las algas y otras plantas marinas lo absorben para generar energía.
El estudio de damiselas espinosas, una especie pequeña de la Gran Barrera de Coral de Australia, reveló que aquellas mejor capacitadas para combatir los altos niveles de dióxido de carbono en el agua producían crías con relojes biológicos flexibles que las ayudaban a adaptarse a la “acidificación”.
“Al parecer las crías tolerantes tendrían sus relojes circadianos ajustados como si siempre fuera de noche”, escribió Timothy Ravasi, uno de los autores de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah en Arabia Saudita, sobre los hallazgos publicados en la revista Nature Climate Change.
Los científicos criaron damiselas grises y blancas en aguas con niveles de dióxido de carbono comparables a los que se estiman para las próximas décadas y examinaron los cambios que se producían en los genes y proteínas en sus cerebros.
Philip Munday, otro de los autores del estudio que pertenece a la Universidad James Cook en Australia, dijo que los resultados son “potencialmente una buena noticia” porque indican una manera en que los peces pueden adaptarse a la acidificación.
No obstante, Munday agregó que los científicos necesitan más estudios para ver cuán hereditarios son esos genes beneficiosos, y señaló que hay muchos otros factores perjudiciales ligados al cambio climático, como las crecientes temperaturas del mar que pueden impedir la reproducción de algunos peces.
FF/BPG