19 de Julio 2016
Capital México
La agricultura es la causa principal de la deforestación a nivel mundial, y ello hace necesario promover con urgencia interacciones más positivas con los bosques para crear sistemas agrícolas sostenibles y mejorar la seguridad alimentaria, advirtió la FAO.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó el informe “El estado de los bosques del mundo” este lunes, al inicio del 23 período de sesiones del Comité de Bosques (SOFO).
Resaltó que los bosques desempeñan un papel clave en el desarrollo agrícola sostenible a través de diversas vías, incluyendo el ciclo del agua, la conservación del suelo, la captura de carbono, y el control natural de las plagas, además de influir en el clima local y proteger el hábitat de los polinizadores y otras especies.
“La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, reconocen que ya no podemos abordar por separado la alimentación y la gestión de los recursos naturales”, aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva, al intervenir en la apertura del Comité Forestal.
“El mensaje clave del SOFO es claro: no es necesario talar los bosques para producir más alimentos”, aseveró.
La agricultura representa la parte principal de la conversión de los bosques a otros usos. Según el último SOFO, en las zonas tropicales y subtropicales la agricultura comercial a gran escala y la agricultura local de subsistencia son responsables de cerca del 40 y del 33 por ciento de la conversión de los bosques, de forma respectiva, siendo el 27 por ciento restante debido al crecimiento urbano, la expansión de las infraestructuras y la minería.
Por otro lado, el informe subrayó cómo los bosques cumplen muchas funciones ecológicas vitales que benefician a la agricultura e impulsan la producción alimentaria.
Señaló que los bosques bien gestionados tienen un enorme potencial para promover la seguridad alimentaria. Además de sus contribuciones ecológicas vitales, los bosques contribuyen a los medios de subsistencia rurales y la mitigación de la pobreza a través de los ingresos generados con la producción de bienes forestales y servicios ambientales.
Dijo que cerca de dos mil 400 millones de personas dependen de la leña para cocinar y para purificar el agua. Los alimentos de los bosques aportan proteínas, minerales y vitaminas a la dieta rural y pueden servir también como redes de seguridad en períodos de escasez de alimentos.
Según el SOFO, más de 20 países han obtenido éxito desde 1990 al mejorar sus niveles nacionales de seguridad alimentaria y al mismo tiempo mantener o aumentar la superficie forestal, demostrando así que no es necesario talar los bosques para producir más alimentos.
Al menos 12 de estos países aumentaron su superficie forestal en más de 10 por ciento: Argelia, Chile, China, República Dominicana, Gambia, República Islámica del Irán, Marruecos, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay y Vietnam.
El informe cita estudios de caso de siete países, Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Vietnam, que ilustran las oportunidades para mejorar la seguridad alimentaria y aumentar o mantener la superficie forestal.
Otros seis de estos países lograron un cambio positivo en el período 1990-2015 en dos indicadores de la seguridad alimentaria —la prevalencia de la subalimentación y el número de personas subalimentadas—, así como el aumento de la superficie forestal.
Gambia, el único país de bajos ingresos del grupo, logró alcanzar el primer objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas que padecían hambre en el mismo periodo.
BPG