Omar Vázquez Sánchez construyó una casa hecha con sargazo hace seis años. Aunque el problema era cíclico, no había avanzado a la magnitud que representa actualmente como problema ecológico y para el turismo.
El alga que ha cubierto las playas de Quintana Roo podría ser utilizada para construir tabiques que luego se convertirían en casas; a la mitad de precio de lo que cuesta una casa de interés social y en tan sólo 15 días.
Los bloques hechos de adobe de sargazo fueron sometidos a diversas pruebas de resistencia en la oficina de investigación de la UNAM en la región.